La historia de cómo en un abrir y cerrar de ojos, se pone fin al linaje de una centenaria palma chilena (especie en peligro de extinción) que logró subsistir diversas inclemencias y logró adaptarse exitosamente en un entorno difĆcil.Ā
El pasado lunes 6 de junio Juan JimĆ©nez Ćbeda, Licenciado en Historia con formación en el Ć”rea de la Historia Ambiental, publicó la columna āLa muerte de la palma de cinco siglosā.
En ella contó cómo hace solo 3 aƱos, el aƱo 2019, se propuso conocer a este ejemplar al que algunos llamaban āla palma huachaā, porque se trataba de una gigantesca palma solitaria ubicada en la Quebrada Las Palmas en el Norte chico de nuestro paĆs, entre Tongoy y Los Vilos.
Viajó con un pequeƱo grupo de conocidos y obtuvo la primera fotografĆa de esta palma chilena (Jubaea chilensis) de 20 metros de altura que, segĆŗn sus cĆ”lculos, tendrĆa alrededor de 500 aƱos.
āLo suficientemente antigua, como para afirmar que habĆa germinado en tiempos prehispĆ”nicos y que, a pesar de la pĆ©rdida de la cobertura boscosa adyacente, continuó resistiendo y adaptĆ”ndose exitosamente a estos y otros cambios que se dieron en su entornoā, comentó Juan JimĆ©nez acerca de esta palma que parecĆa ser la Ćŗltima sobreviviente de los antiguos palmares que se extendieron en esta zona en la antigüedad.
La idea de JimĆ©nez era organizar una segunda visita al sector para recolectar semillas e iniciar su reproducción y despuĆ©s reintroducir algunas de estas palmas⦠lo que nunca esperó fue que al hacer esa nueva excursión en mayo de este 2022 (no pudo realizarla antes por la pandemia) se encontrarĆa un triste desenlace.
āMientras me aproximaba al sitio donde se hallaba la palma, notĆ© algo que me inquietó: no lograba divisar la silueta de su inmenso tronco. QuizĆ”s tenĆa que caminar un poco mĆ”s, pero ya superando una curva de la quebrada, pude ver con angustia lo que habĆa ocurrido: la habĆan derribado. No se secó, ni se desplomó de forma natural. La botaron. La mataron. Incluso me da la impresión que con maquinaria. Seguramente, como al derribarla no la terminaban de matar, decidieron cortar todas sus raĆces, y trozarla en tres partes, decapitĆ”ndola, y lanzando su cabeza lejos. No habĆa sido hace mucho, pues las hojas aĆŗn no terminaban de secarseā, cuenta Juan.
Recorrió un par de horas el sector en busca de semillas que aĆŗn pudiese recuperar, sin embargo ya habĆan sido consumidas por aves o roedores. Entonces se dio cuenta de la gran pĆ©rdida que esto significaba.
No sólo se habĆa perdido uno de los pocos ejemplares que quedan de esta especie en peligro de extinción en la zona norte de nuestro paĆs. Sino que, tal como comentó en su columna, ācon la muerte de la Ā«palma huachaĀ» se perdió para siempre este linaje. Con su muerte desapareció el Ćŗltimo eslabón de una maravillosa cadena que se remonta a generaciones, y que a lo largo de milenios habĆan superado glaciaciones, sequĆas, pestes, cataclismos, depredación, y que habĆa conseguido adaptarse a su entorno de manera exitosaā.
Son precisamente historias como Ć©sta las que dejan en evidencia por una parte la necesidad de contar con una legislación y entidades que aseguren una mayor protección de nuestra biodiversidad, y por otra la relevancia de educar acerca de la importancia de cada una de las especies que conforman nuestro patrimonio natural. Porque āno se protege lo que no se ama y no se ama lo que no se conoceā.
Aquà no sólo se perdió un centenario ejemplar de palma chilena⦠aquà se estÔ jugando el futuro de una especie.
La Jubaea chilensis estĆ” en peligro de extinción. Actualmente sólo queda un 2,5% de las poblaciones que solĆan existir hace 200 aƱos en nuestro paĆs y a eso se suma que las poblaciones que hoy por hoy existen estĆ”n sumamente fragmentadas y estĆ”n compuestas principalmente por ejemplares adultos; hace un tiempo ya que la especie ha demostrado tener una baja o nula regeneración, con una baja cantidad de individuos infantiles y juveniles en los palmares.
Y tal como resume Juan JimĆ©nez: āMenos diversidad, significa mayor vulnerabilidad. Nunca sabremos quĆ© tipo de adaptaciones particulares guardaba en su acervo genĆ©ticoā.
EstĆ©n atentos a mi próximo artĆculo, porque ahĆ les compartirĆ© varias curiosidades acerca de la palma chilena. Mi granito de arena para concientizar y velar por la protección de esta especie. š
Vivo en Las Palmas de OlmuƩ y en nuestro terreno tenemos 3 Palmas Chilenas, las que regamos y protejemos desde hace aƱos.
En Vallenar existe un ejemplar de palma chilena (Arturo Prat 899) en un local llamado Club Social.
coordenadas 28,57562Āŗ S, 70,76006Āŗ O
En la imagen satelital de google Map se distingue perfectamente.