Estos últimos días fuimos testigos de incendios forestales sin precedentes en la Región de Valparaíso. Una tragedia con consecuencias devastadoras que hasta el momento suma 122 muertes confirmadas, más de 3.000 viviendas incineradas y una pérdida de biodiversidad incalculable.
Pero hoy me quiero referir a un ícono de la ciudad que resultó completamente incinerado y que remece no solo a la comunidad científica, sino también a las miles de personas que lo visitaban con fines recreativos: el Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar, pulmón verde de la ciudad.
Cerca de un 98-99% del parque fue alcanzado por las llamas, y tal como asegura el Director del JBN, Alejandro Peirano, solo 2 de las 395 hectáreas que componen el parque se habrían salvado del incendio.
Con ello no sólo se pierde la principal área urbana natural de la región de Valparaíso y núcleo de recreación y contacto con la naturaleza, sino también un lugar que ha funcionado como un verdadero laboratorio vivo que ha servido no sólo como un espacio de conservación y reproducción de especies de plantas de todo el mundo, sino también como cuna de investigaciones científicas de diversa índole. El jardín contaba con 32 colecciones botánicas de plantas chilenas y exóticas, las cuales en su mayoría se redujeron a cenizas.
A esta tragedia ecológica además se suma el lamentable fallecimiento de una de sus trabajadoras, Patricia Araya, junto a 3 de sus familiares al interior del recinto.
Un rayito de esperanza
Hace 2 años que estoy viviendo en Viña del Mar, y el Jardín Botánico se había transformado rápidamente en uno de mis rincones favoritos de la ciudad. Y de hecho hace solo unas semanas recorría el sendero del Lote C en busca de especies nativas. Ahora me duele ver las imágenes aéreas que muestran la devastación que quedó tras el incendio y pensar en las alrededor de 1.300 plantas que habitaban este parque y que hoy no son más que cenizas.
Sin embargo, en las últimas horas el JBN a través de redes sociales ha ido entregando actualizaciones que dan un pequeño soplo de esperanza como el hecho de que el invernadero del jardín se salvó del incendio, al igual que el cactario que alberga cerca de 100 especies de cactus (varios de ellos en categoría de conservación) que resultó sin daños mayores; o el hecho de que las 149 plantas de toromiro que se encontraban al interior del parque, un arbusto extinto desde 1960 en la vida silvestre y originario de la isla de Rapa Nui, también se salvaron de las llamas. Al igual que gran parte del Jardín Valdiviano.
Por lo pronto desde el Jardín Botánico Nacional han anunciado que estarán detenidos al menos 6 meses y que verán la forma de recaudar los fondos necesarios para levantar nuevamente el jardín. Y esperan que en los próximos 2 años haya una recuperación al menos de la vegetación mediana, sin embargo para lograr una recuperación completa de lo perdido podrían pasar muchísimos años más: el Jardín Botánico, que en 2017 había cumplido 100 años desde su creación, contaba con árboles centenarios que se quemaron en la base.
Si quieres hacer un aporte para la reconstrucción del Jardín Botánico, han puesto a disposición la siguiente cuenta:
Fundación Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar
Banco de Chile
Cuenta Corriente
00-007-06804-02
74.828.100-2
donaciones@jbn.cl