Este primer fin de semana de septiembre decidí celebrar una nueva vuelta al sol (¡ya son 32!) de una manera diferente: con mi pareja nos fuimos de trekking al sector de Ocoa en el Parque Nacional La Campana.
El parque nos recibió con un sol radiante y que contrastaba bastante con la densa neblina que habíamos dejado atrás en Viña, y al poco andar ya nos dábamos cuenta de algo innegable: la primavera ya llegó a La Campana.
Los soldaditos (Tropaeolum tricolor) proliferaban por doquier, trepando sobre todo tipo de árboles, arbustos e incluso cactus. Los huillis (Leucocoryne ixioides) se abrían paso como pequeños manchones entre el campo de verde intenso, las aves cantaban a destajo a nuestro alrededor y algo que me llamó mucho la atención: la gran cantidad de mariposas que había revoloteando. Honestamente no recuerdo cuándo fue la última vez que vi tantas en un solo día aquí en Chile…
Pero de todas, había una especie que se robaba mi completa admiración: la mariposa negra o Battus polydamas archidamas.
De color café oscuro, casi negro, y gran tamaño (es la segunda más grande de Chile y mide entre 75 a 105 mm) la mariposa negra difícilmente pasa inadvertida. Con su vuelo pesado pero armonioso, proyecta en el suelo una sombra que anuncia su presencia y llama a levantar la vista del suelo y tomarse el tiempo de admirarla.
Esta especie es la única representante de la familia Papilionidae en Chile y no sólo llama la atención por su tamaño y belleza. También sorprende su elección al momento de poner sus huevos…
La también llamada papilio negro, coloca sus huevos en una planta endémica de nuestro país y venenosa: las llamadas orejas de zorro (Aristolochia chilensis y Aristolochia bridgesii). Hace unos años se descubrió su toxicidad y que producen cáncer en el ser humano, sin embargo ni a la mariposa ni a la oruga les ocurre algo al alimentarse de ella.
Incluso la oruga conserva las toxinas de la planta en su cuerpo aún después de convertirse en mariposa: la mariposa tiene un osmetéreo o una especie de cachitos que expone al sentirse atacada y que poseen una tóxica sustancia, además al colocar sus huevos, los cubre con una secreción amarilla que también contiene estas toxinas cancerígenas.
¿Otra curiosidad de esta especie? Cada dos o tres años, la mariposa Battus polydamas archidamas comete suicidio colectivo. Cientos de ellas emprenden vuelo mar adentro y, pocos días después, sus cuerpos aparecen en la playa tras ser arrastrados por las olas. Algunos entomólogos creen que es una forma de autocontrol de su población.
Pero este fin de semana, además de ver a varias de estas mariposas revoloteando (¡de seguro más de 10!), tuve la suerte de encontrarme a dos de ellas en pleno apareamiento.
Y por supuesto no pude dejar de sacarles una foto que les dejo a continuación:
La guinda de la torta vino segundos después, cuando noté que a pocos metros había unas orejas de zorro que, por lo demás, nunca antes había visto en su ambiente natural. Sino solo por fotos.
Esta planta rastrera tiene una apariencia bastante peculiar: sus flores tubulares son de color café-violáceo y tienen pequeños vellos en su interior. Su figura, similar a la de algunas plantas carnívoras, le permite generar una trampa de polinización al impedir la salida a las moscas. Una vez que la mosca queda atrapada dentro del saco de la flor, el polen de los estambres se deposita sobre ella y un día después, mientras los estambres maduran y la flor se marchita, se libera la tensión de los pelos de la planta permitiendo a la mosca liberarse.
¡Mejor regalo de la naturaleza para celebrarme en mi cumpleaños!
Si te interesa leer más acerca de mariposas, te recomiendo mi artículo “Mariposa del Chagual: en vías de desaparecer“.
Hola Romi, gracias por esto, muy interesante. Hace algunos años fuí al desierto florido (alucinante) y me topé con muchas orejas de zorro; llamó mucho mi atención estética pues nunca la había visto,(saqué algunas fotos) y me sorprende saber ahora que es tan tóxica para los humanos. Pero en fin esas mariposas y orugas la quieren . Gracias, un abrazo