El día 22 de diciembre de 2022 y a pocos días de celebrar la Navidad, vimos cómo un nuevo gran incendio forestal se propagó rápidamente por la quebrada El Rodelillo dejando a su paso alrededor de 500 familias afectadas. Pero no sólo eso, también arrasó con una importante cantidad de especies de flora y fauna nativas. Entre ellas alrededor de 1.661 palmas chilenas, muchas de más de 500 años, que se vieron afectadas con este gran incendio y de las que solo algunas podrán recuperarse. Eso lo veremos en el tiempo…
A propósito de esta triste noticia es que comparto con ustedes 7 datos de esta emblemática especie de la zona central cuyo futuro se encuentra bajo amenaza.
La Jubaea chilensis está en peligro de extinción. Actualmente sólo queda un 2,5% de las poblaciones que solían existir hace 200 años en nuestro país y a eso se suma que las poblaciones que hoy por hoy existen, están sumamente fragmentadas y compuestas principalmente por ejemplares adultos; hace un tiempo ya que la especie ha demostrado tener una escasa o nula regeneración, con una baja cantidad de individuos infantiles y juveniles en los palmares.
Curiosidades de la palma chilena
La región de Valparaíso, particularmente las áreas periurbanas y rurales que rodean a la ciudad de Valparaíso y Viña del Mar, concentran cerca del 18% de los incendios de vegetación que se producen anualmente en Chile, y preferentemente atribuidos a causas ligadas a la actividad humana. Y es precisamente en este entorno donde habita gran parte de la población de palmas chilenas.
Al mirar el paisaje mientras bajas por el sector conocido como Las Palmas incluso se pueden ver varias palmas con sus troncos ennegrecidos, que permanecen estoicamente de pie tras soportar las inclemencias del fuego. Esto nos lleva a destacar la primera curiosidad de este especie endémica de Chile:
1. Cuenta con una alta resistencia a los incendios
La palma chilena puede soportar temperaturas de hasta 500°C y sobrevivir al fuego, pese a que su corteza se inflame. Su capacidad de recuperación sin embargo, dependerá de varios factores entre ellos la intensidad del incendio y el alcance de las llamas en su anatomía: el fuego no debe alcanzar el estípite, o su parte superior en donde se encuentran las hojas nuevas, para que de esta manera pueda seguir creciendo y produciendo frutos que permitan su propagación.
2. ¡No es un árbol!
Pese a que a simple vista podríamos pensar que la palma chilena es un árbol, lo cierto es que taxonómicamente corresponde a las plantas monocotiledóneas. Es decir, se asemejan más a un pasto gigante que a un árbol, ya que cuentan con un sistema vascular completamente distinto.
Mientras los árboles (dicotiledóneas) cuentan con sistemas de transporte de agua y savia en la parte exterior del tronco y bajo la corteza, las palmas carecen de esa estructura y sus vasos conductores de savia y agua crecen en toda la planta, o todo el cuerpo del tallo. He ahí su gran capacidad de regenerarse y sobrevivir pese a sufrir importantes traumas en su tallo.
3. Alcanza su maduración alrededor de los 60 años
Esta especie tiene un lento crecimiento y una maduración tardía. En promedio, alcanza su estado de madurez recién alrededor de los 50-60 años, y puede tardar entre 35 y 70 años en producir sus primeros frutos.
4. Pueden sobrepasar los 500 años de edad
Puede alcanzar los 400 o 500 años de edad e incluso, se estima que podrían llegar a vivir hasta 1.000 años.
5. Tiene flores de ambos sexos en un mismo ejemplar
La palma chilena florece entre junio y noviembre, y presenta flores unisexuales y diclinomonoicas que crecen de a centenares sobre numerosas ramas delgadas. En su base se encuentran principalmente las flores femeninas, mientras que en el extremo superior solo crecen flores masculinas. Estas últimas son las que caen al suelo, mientras que las femeninas permanecen adheridas a la planta y posteriormente dan origen al fruto, el famoso “coquito” de la palma.
6. Es una de las palmas más australes del mundo
Junto a Juania australis que habita el archipiélago de Juan Fernández y Rhopalostylis sapida, un género propio de Nueva Zelanda, constituyen las palmeras más australes del mundo.
7. Su semilla puede permanecer hasta 4 años en latencia
La semilla puede tardar entre seis meses y cuatro años en germinar, ocurriendo con mayor frecuencia a los dieciocho meses. Pero para que ocurra este proceso, primero debe superar una serie de dificultades.
Los primeros años son clave para la supervivencia de la planta. Necesita una cubierta nodriza para su desarrollo (protección del sotobosque). Además este período crítico de la planta se prolonga hasta que se forma la estípite, que es cuando desarrolla resistencia al fuego y la herviboría, y esto ocurre después de los 30-40 años. Y aquí precisamente es donde radica el problema: son muy pocos los frutos que, tras germinar, logran subsistir exitosamente.
Un estudio realizado por docentes de la PUCV y publicado en la revista científica Frontiers in Ecology and Evolution en diciembre de 2021, expuso que solo un 1.81% de las plántulas germinadas a partir de frutos producidos por palmas reproductivas logra sobrevivir a amenazas como: la cosecha ilegal humana del coquito, la depredación de roedores y, finalmente, la acción de animales herbívoros que se comen la planta en su estado infantil.
¡Es tarea de todos proteger la biodiversidad que nos rodea! Espero que conociendo más acerca de especies tan especiales como la palma chilena, seamos cada vez más quienes valoramos y protegemos nuestro patrimonio natural. 💚
En verdad la palma chilena es un no-árbol bello e increíble. Hace poco fui a La Campana para conocerla más de cerca y ya quiero regresar. Ojalá cuidemos nuestra flora nativa, y la palma y otras especies chilenas puedan recuperar sus poblaciones.